Tal día como
hoy,
de junio un
cinco,
en Fuente
Vaqueros,
el más
grande poeta
a la vida
daba inicio.
Federíco, para sus amigos,
Lorca, por el
mundo conocido.
Sus versos
de fuego,
pasión y tronío,rasgan
las entrañas
a jirones
y golpean
los sentidos.
Poemas
impetuosos
de un amor
encendido,
entre juncos
y lirios
creía que
era mozuela,
cuando se la
llevó al río.
En mi
corazón golpean
las palabras
de Bernarda,
aquellas
ocho mujeres
por
prejuicios encerradas.
Lágrimas me
caen del alma,
por Ignacio
Sánchez Mejías,
que a las
cinco de la tarde,
perdió
trágicamente la vida.
Y qué decir
de aquellas
bodas de
sangre,
que la
pasión desbordaban,
donde la
muerte y la vida
por el todo
se jugaban.
Una
reflexión callada,
anuda mi
garganta
cuando
cubres de frío verde
a la que
sueña en su baranda.
Tu recuerdo Federíco,
siempre
seguirá vivo
la familia
de la poesía
te está
mirando,
aunque tú no
puedas mirarla.
Myriam Caterina
