lunes, 26 de diciembre de 2016

GRITAN MIS VERSOS

Me doy cuenta
que mi alma es de poeta,
al escribir en prosa
la historia de mi novela.

Escucho a mis versos
que desde un rincón me gritan,
se rebelan y lloran,
al sentirse abandonados
a todas horas.

Prosigo con la escritura al uso,
con la novela avanzando,
pero siento en lo más
profundo de mi corazón,
que los estoy traicionando.


Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos

sábado, 17 de diciembre de 2016

LLUEVEN HOJAS

Llueven hojas
en mi camino a casa,
languidece la tarde,
y mis botas cansadas
piden tierra para morir.

Siempre te estaré esperando,
aquí o en el cielo,
en el mar o en la montaña,
en la lluvia o en el viento.

Hoy, 
se hizo de golpe,
más frío el invierno.


Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos


jueves, 15 de diciembre de 2016

QUIERO MORIR ANTES QUE TÚ

Quiero morir antes que tú,
porque sin ti me sobra el mundo,
quedaría vacía, sorda, perdida,
como un barco sin rumbo.

Si muero antes que tú,
seré en tu corazón un recuerdo,
una silueta en la niebla,
la chispa de algún momento…

Mientras que yo te estaré esperando,
donde no existe el tiempo,
por si quieres dame como adiós,
un último beso.


Myriam Cobos


domingo, 11 de diciembre de 2016

EN LA CIMA DE LA MONTAÑA

Me entrego en la cima de la montaña,
con la cara al viento,
pelo suelto, ojos cerrados,
recreo las gestas de mis ancestros.
El premio es mi cercanía al sol,
por encima de los demás mortales,
los pájaros, mis compañeros,
la brisa, mi confidente,
la tierra que piso me mantiene
de pie, alerta, de frente...
Un grito callado se escapa
y baja la montaña por su falda,
recuerdos llueven sobre mí
como las hojas
que el otoño desprende
con su vaivén...
En la cima de la montaña
todos los besos,
absolutamente todos,
saben a miel.


Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos


lunes, 5 de diciembre de 2016

ME GUSTA LA NAVIDAD


Me gusta la Navidad, sí, habéis leído bien, me gusta la Navidad, pero también respeto enormemente a quienes sientan lo contrario, pues cada cual tiene una perspectiva particular de las cosas, y por supuesto, no intento convencer a nadie.

Y… ¿Por qué me gusta tanto la Navidad? Os preguntareis muchos, y si no os lo preguntáis da igual, porque os lo voy a contar jajajaja.

Pensaréis seguramente: Si no hay motivos, si las cosas están muy mal…si hay crisis…etc. y en cierto modo, esa idea hace que muchas veces no sintamos ganas de fiestas.

Pero…¿Qué es lo que está mal? ¿Qué es lo que creéis que nos puede arruinar la Navidad? ¿El dinero?... Pues NO, cuando tu vida no está basada en el éxito, el poder, el dinero o en la consecución del mismo, lo único que podría arruinar o entristecer realmente una Navidad sería la enfermedad y la muerte de los que quieres, pero todo lo demás, es solo producto de "nuestra" sociedad de consumo.

Hay tantas Navidades como personas en el mundo, cada cual la celebra o no, dependiendo de su forma de ver la vida, su educación, sus vivencias anteriores, sus experiencias, sus sentimientos etc…
Cada persona debería ser libre de expresar la Navidad qué y cómo quisiera, no la que nos hace creer la publicidad, los medios de comunicación o los Centros Comerciales.

Como  se suele decir, y estoy de acuerdo, la Navidad o el espíritu de la Navidad debería estar presente todos los días del año, y eso es posible, porque os aseguro, que hay personas que lo practicamos o al menos lo intentamos todos los días del año, a pesar de las dificultades, las zancadillas y los impedimentos que a veces nos ponen o nos ponemos para ser felices.

Os voy a explicar, si os parece bien, cómo entiendo yo la Navidad, que efectivamente, es una visión muy personal e intransferible:

Para mí la Navidad, ante todo, es un momento del año en el que todo cambia, son unos días diferentes, en los que puedes cambiar todo lo que te rodea, y no sólo lo del exterior, sino que también te proporciona la posibilidad de cambiar desde el interior y comenzar de nuevo.

Son momentos de reflexión, de balance, de recogimiento y a la vez de exteriorización, es el yin y el yang del año, pero reconcentrado, un cúmulo de emociones, sensaciones y sentimientos que nos invade, por tanto, las personas sensibles y que se guían por los mismos, pasarán de un estado de ánimo a otro como si de una montaña rusa se tratase, descolocándonos por momentos…pero esa es la emoción de estar vivos: sentir intensamente…y luego tener la oportunidad de recolocar las piezas en el lugar que corresponden.

El ambiente es diferente, cambia por completo, quienes somos sensibles lo podemos percibir claramente, y los buenos deseos, sean sinceros o no, pero al fin y al cabo, buenos, se envían y se liberan hacia los demás.

Es un buen momento también, como otros, para compartir, para reír, cantar, bailar, olvidarte por un momento de las preocupaciones y saborear esa magia que trae el compartir, el recordar aún más a tus seres queridos estén o no estén ya entre nosotros, brindar para que el Nuevo año traiga cosas positivas, en definitiva, la esperanza de que el futuro será mucho mejor.

Es el momento de gestar nuevos proyectos, nuevos retos, nuevos propósitos…un tiempo en el que de manera positiva todo cambia y personalmente y por ser muy optimista, siempre creo que los cambios son para mejor.

Es concluir una etapa, reflexionar sobre lo que hemos hecho durante el año, saber qué hemos hecho bien y seguiremos haciendo, o en qué nos hemos equivocado y tenemos que mejorar.

Y pensaréis, pues Navidad puede ser todo el año, y así es, tenéis toda la razón, por eso, personalmente, como ya he comentado,  intento que en mi vida haya una Navidad cada día, que todos los días tengan presente la ilusión, los buenos deseos, la pasión, el amor y la alegría, aunque no es algo fácil, pues la vida, a veces, nos lo pone muy difícil, pero como suelo decir siempre, puede que no lo consigamos,pero al menos, lo habremos intentado…

Os deseo con todo cariño una FELIZ NAVIDAD que dure no solo todo el año, sino toda vuestra vida, que la ilusión y la magia os acompañen por siempre.



Myriam Cobos

domingo, 4 de diciembre de 2016

FUENTE DE LA DIOSA

Soñé con una fuente en un oculto manantial,
la cueva sinuosa dónde me encontraba,
era un lugar desconocido,
del que nunca me podré olvidar.

Era noche temprana
y con el sonido del agua,
escuchando su música embrujada,
comencé a bailar.

Todas la hojas muertas se apartaron,
colores en la oscuridad resplandecían,
mágica noche despertando
entre las rosas dormidas,
recibiendo el frescor sagrado
de la fuente de la vida.

Fuente de la Diosa,
que calma la sed del alma,
que sacia la sed del corazón,
que nos hace creer…
Amanecí con la boca seca,
ya siempre tuve sed.


Myriam Cobos
Poema perteneciente a la Antología Poética II Encuentro Internacional Ciudad de Valencia.
Fotografía propiedad de Myriam Cobos