viernes, 31 de enero de 2020

Poemas a mi madre 3


Siempre florece el almendro,
y tú, tú no estás para verlo.
Todavía no hemos acabado Enero
y ya le están brotando las flores
con la timidez de quien se asoma
a lo desconocido.
Pronto llegará febrero,
febrerillo el loco, el mes de la locura,
el mes extraño en el que decidiste partir.
Fue bisiesto, original como lo eras tú,
no pudiste elegir mejor la fecha:
Veintinueve de febrero,
ese día aciago, te despedí  en silencio,
tu mano en la mía...
nunca me sentí más unida a ti
que en ese preciso momento,
no había lágrimas, ni reproches,
ni miedo, ni culpa...
Tan solo quería despedirte 
con todo mi amor,
fuiste amable y lo recibiste,
traté de entenderte en tu partida,
sentir lo que tu sentías,
pensar lo que tú pensabas,
luchaba por retenerte un instante más.
La parca es invencible
y finalmente te arrancó de mi lado.
Ahora que ha pasado el tiempo,
y desde el recuerdo revivo,
sé que una parte de mí,
se fue contigo.


Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos



lunes, 27 de enero de 2020

Poemas a mi madre 2 El poder del viento

El viento,
el viento acelera tu lengua,
no sé que relación tiene,
Pero cuando al despertar veo
que es un día de viento,
cierro los ojos y tiemblo.
Hoy no será un buen día,
hoy me tocará esconderme
y volverme bicho bola
para pasar desapercibida,
y aún así, sé,
que tarde o temprano,
aunque en la calle no llueva,
se desatará la tormenta.


Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos

martes, 21 de enero de 2020

POEMAS A MI MADRE 1



Espero a las puertas
de la eternidad
un golpe de suerte,
que me  devuelva
todo el tiempo perdido.
Espero a las puertas
de la eternidad,
escuchar del otro lado
la voz de mi madre.

Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos



martes, 7 de enero de 2020

ASLAM, VIEJO AMIGO


Aslam, viejo amigo, guerrero y gran maestro.
No hubo nunca un pájaro igual que tú.

Venciste a todas las dificultades, las enfermedades,
los cambios de casa, el frío, hasta los ataques de una urraca.

Ciego, cojo...tu corazón latía con la fuerza de un valiente
y aún cantabas con el ánimo intacto los días de sol.

En Navidad llegaste hace 14 años,
en Navidad te fuiste, ayer,
después de librar todas las batallas posibles.

Gracias por enseñarnos a no rendirnos,
a cantar aunque estemos heridos,
a luchar sin tregua por la vida
con las armas del corazón.

Gracias por tu grandeza.

Myriam Caterina 

Fotografía propiedad de Myriam Cobos