Me equivoqué de tiempo,
de espacio, de lugar,
me equivoqué de mundo,
de personas, de sociedad.
Nací con un océano de sentimientos,
un mar de sensibilidad
y el corazón abierto
dispuesto siempre a abrazar.
Llegué con sufrimiento,
nací arañándome la cara,
sabiendo, quizás,
la cruel realidad
que me esperaba.
Luchando continuamente
por la justicia y la paz,
por los sueños lejanos,
por ser amada, por amar...
Sigo aún en la lucha constante,
no sé cuando podrá acabar,
estoy convencida de que
me equivoqué de fecha,
de mundo...y de soledad...
Myriam Cobos
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