Están llorando
los cristales de mi habitación.
Llora sin consuelo la tarde,
cubierta por algodones grises
en repetitiva canción.
Parpadea con furia un gigante,
cimbreando los árboles con furor,
hace crujir sin piedad
la noble madera,
por los años gastada,
de mi sensible corazón.
Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos
las tormentas son hermosas
ResponderEliminar