Poesía dedicada a los refugiados, que tienen que huir del
horror,
para encontrarse cara a cara con la desolación.
Cae la noche en el infierno,
entre mantas y colchones,
entre llantos de niños desnutridos,
y quejidos ahogados
de ancianos doloridos.
¿Dónde está Dios?
Otra noche más
fuera de casa,
ateridos de frío,
en mitad de la nada.
Los pies descalzos
y el horror en la mirada.
Otro hijo que se fue al cielo,
otra madre, que entre el fango,
enterró toda esperanza.
Myriam Cobos
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