Apetece tejer con lana
en las
tardes del otoño,
la lluvia
en los cristales,
golpeando
en la ventana.
Un
punto y otro punto,
contando
yo me entretengo,
enfrente
la chimenea,
recuerdo
de dónde vengo.
Punto
alto y punto bajo,
voy creando
un nuevo tejido,
una bufanda
para el invierno,
con la
lana puedo hacer
muchas
prendas de abrigo.
Rueda
y rueda la madeja,
por
el suelo va rodando,
mi gato
atento despierta
y con
ella está jugando.
Abuela
yo te recuerdo
en cada
punto que doy,
me enseñaste
tantas cosas
que me
siguen hasta hoy.
La
calidez de tus abrazos
los lleva
dentro la lana
y cuando
estoy tejiendo,
parece
que veo tu cara.
Esa cara
que reflejaba,
los años
que te pesaban,
esas
manos artesanas,
con las
que me acariciabas.
Ahora
yo enseño a tejer,
en el Círculo de la Lana,
voy siguiendo
tu legado
de cariño
y confianza,
hasta
que la madeja se gaste,
y ya
solo me quede el alma.
Myriam
Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos
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