Amig@s de la infancia, que quedaron atrás,
cuando subíamos a barcos piratas imaginarios,
luchábamos con espadas de palo de fregona,
viajábamos a mil países de idiomas extraños,
y vestíamos ropas como salidas de un cuento.
Nos atábamos cintas con plumas en el pelo,
aullándole a la luna en las noches de verano,
creyendo que éramos apaches, cherokees
navajos o pies negros…
Corríamos, saltábamos, soñábamos…
cantábamos villancicos pidiendo el aguinaldo.
Hacíamos travesuras, pillerías...por las que
recibíamos de las abuelas algún regaño.
Dónde estarán esos amigos
de tantas tardes de domingo
y noches interminables de verano,
cuando los mayores tomaban el fresco,
y nos escondíamos entre los coches,
jugando a un escondite mágico,
creyendo que la luna nos encontraría primero
y nos llevaría con ella si la mirábamos.
Infancia de fantasías y canciones pegadizas,
álbumes de cromos y juegos de manos,
la peonza, el aro, patines y dibujos animados,
de grandes ilusiones y gatitos abandonados.
Dónde estarán esos sueños
que tanto soñábamos…
Nostalgia de esos juegos,
de películas de indios y vaqueros,
de tardes merendando bocadillos
de jamón, de mortadela o de chorizo...
y de nuestras madres...
gritando al anochecer desde la ventana:
¡Niña, que ya es muy tarde, para dentro!
Myriam Cobos
No hay comentarios:
Publicar un comentario