Me duele el corazón de quererte tanto…
y es dolor que supera el intelecto,
que desborda los
canales del alma,
que se enreda hasta
quedarme sin aliento.
Dejándome llevar por
la pasión sin tregua,
en el ardiente desierto que son de tus labios…
tus besos…
Quien los tuviera, pegados a cada rato,
saboreando la miel de
tus caderas,
que imprimen el ritmo del goce eterno,
abriendo puertas de deseos,
que trasbordan
hasta el mundo de los
sueños.
Quisiera arrancarle a
la noche el velo que te encadena
y liberar nuestras
almas al compás de una ranchera.
Siempre quise encontrar de baile una pareja,
¿Quieres bailar, amor, conmigo,
hasta que el día amanezca…?
Myriam Cobos
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