El otoño golpea fuerte...los árboles se retuercen en una danza imparable, constante, al son de la música del viento, que ruge desesperado en una agonía desgarradora.
Gotas de lluvia, lágrimas celestes, decoran el cristal por donde observo apagarse el brillo de mis ojos al atardecer...
Myriam Cobos
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