La ciudad donde descansan los muertos...
la única multitud que está en silencio,
sin prisa, en un territorio inmenso.
El lugar donde el tiempo se detiene,
y el sol abrasa, y el frío quema,
y el viento arrastra las flores secas.
Estando tan cerca y a la vez tan lejos,
como decía el poeta:
¡Qué solos se quedan los muertos!
En una caja de pino,
de Madrid...al cielo.
Myriam Cobos
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