Y la dama cometió un error,
inclinó la
cabeza y curiosa se asomó,
disimulando,
discreta,
mirando a su alrededor,
quedó en
pasmado silencio,
con lo que su mirada
encontró.
Era el
alfil del rey,
que en descarado ademán,
a ella también miró,
y sus ojos se
cruzaron,
con total fascinación.
Comenzaron
a moverse los peones,
mientras
estáticos aun quedaban,
realeza, caballos y torres.
Salta un
caballo al ataque,
contraataca la defensa,
ya no hay
vuelta atrás,
se están moviendo las piezas.
Sale
gallardo el alfil,
en defensa de su rey,
la reina
desde su puesto observa,
lo que teme acontecer.
El alfil
está en peligro,
ella le va a defender.
Se adentra
en terreno enemigo
y una torre se va a comer,
pero la
dama enemiga,
al ver su debilidad,
ataca en
cruel venganza,
sin pensarlo y sin piedad.
No contenta
con la afrenta,
su rival da jaque al rey,
y la dama
aún doliente,
por su honor, se dispone a defender.
Hace un
escudo con su figura,
deseando perecer,
es rápidamente
abatida,
muerta reina y muerto alfil.
Fuera del
tablero,
la dama y el caballero,
se empiezan a conocer,
desean ambos que tarde mucho
el jaque mate a su rey.
Myriam
Caterina
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