En la isla de Neptuno
juega Júpiter ansioso
por huir de los brazos de Morfeo.
Un fauno travieso
tararea las nanas
que las hadas le tejieron.
Con luces de ambrosías
susurra el bosque,
música celestial es
el viento entre las ramas.
Quimera alcanzada,
batir de alas,
fulgor blanquecino
en la cima de la montaña
!Qué bonito que es mi pueblo!
Porque ya es mío,
aunque no nací aquí
siempre me llamó a gritos.
Montaña de cumbres nevadas,
cuando el demiurgo te mira
y la belleza te atrapa.
¡Qué bonito que es mi pueblo!
Cuánto he tardado en encontrar
tu belleza callada.
Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos
No hay comentarios:
Publicar un comentario