Hoy es viernes día trece
el viernes templario
el día que la mala suerte
seguimos recordando.
Cuánto tiempo ha pasado
desde entonces,
1307 fue un año aciago
y aún perdura en nuestra memoria
esa historia y esos daños.
Salían del palacio,
camino del cementerio,
todos cabizbajos
la llevaban en el féretro,
con una lágrima por dentro
y una cruz grabada en el pecho.
Cobardes aquellos mandatarios
los que fueron a arrestarlos,
los que mandaron su ruina
en el momento más delicado,
donde con una trampa ladina
querían atraparlos.
Ya no estaba su escudo,
porque la mataron silentes
con una copa de cianuro.
Ya no estaba su princesa,
como ellos la llamaban,
nada tenía ya sentido
y los exterminaron a todos.
Como la Verdad siempre sale
algunos pudieron huir,
a tierras muy, muy lejanas,
suficiente para transmitir,
su legado de nobleza,
el honor y el valor,
la lealtad y la pureza,
la Verdad y la Vida,
que proclamaba el Maestro,
porque eso es lo que ellos eran.
Guarda la Historia,
un pedazo de aquella tragedia,
se va transmitiendo en el alma
el recuerdo de aquella vileza.
Cada día está más vivo,
ese espíritu templario,
la salvación está cerca,
nunca se rindan hermanos,
en la consciencia de la tierra.
Y el que sepa entender…
que entienda.
Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Pixabay
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