Cuando me vaya de este mundo,
no dejaré "nada".
Mis ropas usadas,
zapatos de mis pies cansados,
unos pocos y queridos libros,
y mis cenizas quemadas.
Pero dejaré mi esencia,
el cariño, el amor,
la experiencia;
mis sueños, mi franqueza,
la coherencia.
Legaré la educación,
el saber estar,
la paciencia.
Cientos de semillas
sembradas poco a poco,
cada día.
Millones de sonrisas regaladas,
miles de abrazos,
deseos y esperanzas.
Dejaré el sabor de mis besos,
el calor de mis caricias,
y el olor de mi pelo.
Partiré en silencio, sin carga,
volaré hasta el infinito,
sentiré tener, un mar en calma,
y amaré eternamente…
¡¡¡Cuando me vaya!!!.
Myriam Cobos
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