Cansada de luchar, me abandonan las fuerzas,
en esta batalla de antemano perdida.
Agotada hasta el alma,
mi corazón hecho suspiro,
renuncio a morir en vano, y a que mis sentimientos
sean enterrados por el olvido.
La luz se me escapa, se aleja más y más el día,
la esperanza huye veloz…perdida…
No queda aliento en
mi pecho
para seguir batallando contra gigantes de piedra.
Derrotada...alzo la bandera blanca,
vencida brutalmente por
las circunstancias.
Pero, como decía el poeta:
Mas tengo en mi tristeza una alegría
¡Sé que aún me quedan lágrimas!
Myriam Cobos
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