No se
necesitan ropajes
para ser
dama o caballero,
no necesitas
escudos, capas,
ni tener
mucho dinero.
No necesitas
disfraces de otra época
que te
recuerden al pasado.
Puedes estar
completamente desnudo
y seguir
siendo dama o caballero,
porque no es
una imagen exterior,
es algo que
se lleva dentro.
La honestidad,
el coraje y el respeto,
la lealtad,
el honor, el conocimiento…
no son
parafernalias
que se
muestren un momento,
son valores
del alma
grabados a
fuego lento.
Puedes
exhibirte
con plumajes
pasajeros
o puedes
guardar
tu verdadera
imagen,
para quien
sepa comprenderlo.
No depende
de cómo te vistas
en ese
momento,
es cómo eres
de verdad, por dentro.
Ser dama o
caballero
no es para
nada ligero,
es sin lugar
a dudas,
un grande y
noble sentimiento.
Myriam Cobos
No hay comentarios:
Publicar un comentario