Viajaré hasta el horizonte de tus besos,
y arroparé cálidamente tu alma,
para que te inunde la armonía
con azucarados sonidos ,
cubriéndote de caricias y besos,
colmados de un cariño inmenso.
Amaneciendo el alba
en una nube de algodón rosado
despertaremos,
acariciados por el azul del cielo,
elevándonos al infinito
donde no existe el tiempo.
Besaré tus ojos y todo tu cuerpo,
recorriendo caminos prohibidos,
extasiantes de deseo.
Nos amaremos hasta la noche
y en la luna descansaremos,
unidos de la mano,
mirándonos, en silencio...
Hablarán nuestras almas ese dialecto
que no se ve, ni se escucha,
ese lenguaje casi secreto,
ese…que solo tú y yo sabemos.
Myriam Cobos