Soledad camina
por el arco de la vida,
a rastras los pies
y la cabeza erguida.
Nadando en sus propias lágrimas
se siente hundida,
refugiándose en una flor,
cierra escotillas.
A dormir un sueño eterno,
acompañada solamente
de su soledad,
hasta que pase el invierno.
Myriam Cobos
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