Besos desesperados vuelan a tu encuentro,
recorriendo las distancias de la vida,
se paran tímidos en el quicio de tu puerta
esperando ser llamados a tu presencia.
Déjalos, por favor, pasar hasta tu boca,
se mueren de deseo de vivir contigo
una noche loca.
Besos lanzados más allá del tiempo
nacidos de una pasión desbordada
y de un corazón despierto.
Ábreles sin temor la puerta,
que se instalen en tus labios,
que vivan fundidos en ellos,
suaves y delicados.
Devuélvemelos cuando no los quieras,
no los dejes olvidados,
ni tan solo por unas horas,
no los guardes nunca
en tu caja de Pandora.
Myriam Cobos
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