Mola mucho ser escritor/ra, sobre todo si has venido de un país
lejano, o exótico lleno de dificultades, o por el contrario de un mundo
de lujos, si tienes un camino fácil porque conoces a tal o cual persona y
te arropa en los momentos que necesitas promoción…te presenta, te
edita, te adula…si haces cosas extravagantes... Pero yo…yo soy solo:
sencilla…no tengo aparentemente nada extraordinario, soy como las
margaritas del campo…naturales, demasiado naturales…tanto, que no dudas
en pisarlas cuando sales…¿Pisarías tan fácilmente una rosa?...seguro que
no…
Pero la pobre margarita, ahí está, tan alegre,
siempre dispuesta…aunque a cambio, tiene un gran corazón, y lo ofrece
abiertamente, así, sin esconderse….todos saben dónde tiene el corazón la
margarita, no es verdad? Amarillo, exultante, blandito…
No
entiendo por qué se empeñan en deshojarla, como una especie de tortura
china, donde van arrancando sus pétalos, sus ilusiones, su vida…para al
final, sea cual sea el resultado, arrojarla con desprecio, desnuda y a
corazón abierto, a dónde buenamente caiga.
Y solo queda en
pie su corazón. Aún deshojada, la margarita sigue siendo bella, con su
corazón palpitante, aún sigue viva, porque es valiente y amorosa, pero…
¿Dónde tiene el corazón la rosa? ¿Has visto alguna vez una rosa
deshojada?...
Sé que me van a deshojar, como a la
margarita, que las críticas feroces y lo que es peor, la indiferencia,
se cebará conmigo, pero, estoy preparada, me gusta escribir, desde
siempre, desde que aprendí a hacerlo tan tempranamente que ni lo
recuerdo…comencé el colegio con tres años, y mi padre se empeñó en que
tenía que saber leer y escribir antes de comenzar…no fuera a ser, que me
encontrase entre las últimas de la clase…y claro, ya no hablemos de lo
de sumar y restar…pero eso ya...no me gustó tanto jajajaja.
Escribir
está en mí…no sé si interesará, gustará, ni siquiera si alguien se
molestará en leerme…pero para mí…será muy importante y me hará feliz. Y
llegados a este punto de la vida, lo que realmente me importa es
disfrutar del camino, de lo que hago cada día, por pequeño que esto sea,
y mucho mejor si lo puedo compartir con quienes quiero, que
afortunadamente son muchos.
Muchas gracias por leerme.
El tiempo es oro, gracias por regalarme una parte de tu fortuna.
Myriam Cobos
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