se encontraba la
princesa.
Su vida parecía un cuento,
quizás alguien pensara que un sueño…
quizás alguien pensara que un sueño…
pero sí que soñaba…
soñaba con el Universo entero…
soñaba con el Universo entero…
Soñaba con recorrer inmensos desiertos,
ir a las más altas cumbres,
donde sopla el cierzo
donde sopla el cierzo
soñaba, siempre soñaba…
Cabalgar por la estepa…
nadar desnuda en el mar…
nadar desnuda en el mar…
bailar, cantar...
cuando le apeteciera.
cuando le apeteciera.
Estaba en su jaula de cristal presa…
en sus joyas y en sus sedas…
en sus joyas y en sus sedas…
y las rosas del jardín
ya no le parecían bellas,
ya no le parecían bellas,
porque estaban atrapadas
con sus tallos en la tierra…
con sus tallos en la tierra…
Observaba a los halcones
que volaban hacia el cielo
que volaban hacia el cielo
y alzaba los brazos y los pies,
queriendo volar con ellos,
queriendo volar con ellos,
los miraba extasiada
hasta que perdía de vista el vuelo…
hasta que perdía de vista el vuelo…
Tumbada entre las hierbas del jardín,
la encontraron una mañana,
la encontraron una mañana,
inerte, tranquila, con los ojos cerrados
y las manos abiertas…
y las manos abiertas…
Solo quería…soñar…soñar...
No estaba muerta…
Myriam Cobos
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