Una amiga que se desplaza todos los días a su trabajo en autobús, me contó, que el día anterior había nevado y cuando salió del
trabajo montó en su autobús habitual, con su mascarilla, sus guantes, cada
viajero separado uno del otro al menos por un asiento, cansados, en silencio, como era habitual, mirando hacia sus móviles…
Pero, ese día fue distinto…hubo un momento en el que todos
miraron por la ventanilla hacia la sierra.
Se veía preciosa, nevada en sus cumbres y recibiendo los
últimos rayos de sol…
Se escuchó un gran ¡Ohhhhhhh! conjunto y los que compartían
autobús todos los días al salir de su trabajo y jamás habían hablado, comenzaron a mirarse y rompieron a aplaudir gritando palabras de ánimo:
- ¡Mucho
ánimo! ¡Vamos a poder! ¡Esta batalla la vamos a ganar! ¡Pronto iremos a las
montañas! ¡Resistiremos!... alguno más emocional gritó un: ¡Os quiero!
Me contaba, que a muchos, incluso a ella, se les escapó una lágrima de emoción.
No hay nada, que una más a las personas, que un enemigo
común. Siempre hay algo positivo dentro de la desgracia.
Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos
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