En mi alma llevo una playa
de arena fina y luz inmensa,
una playa de gaviotas
y de sol caliente.
Llevo una playa conmigo
cargo con ella desde siempre,
de arena blanca
y aguas transparentes.
Vuelvo a esa playa
cada vez que lo deseo
está preparada para mí,
no tiene nombre, ni dueño,
es un trozo de mi infancia,
es parte de mi existir.
La miro y me ve,
la ensueño y ya está aquí.
Agua salada
por mis venas corre,
no puedo vivir sin ti.
Myriam Caterina
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