Fiel compañera de batalla,
forjada con la hoja de la luz,
vengadora de mil ofensas,
protectora del honor.
Sin la espada
hay un espacio vacío,
bien ceñida al ceñidor,
con el puño plateado
con la insignia de la cruz.
Guerrero es quien te empuña,
sabio el que te sabe envainar.
humano es quien siente tu dolor
acertado es luchar por tu pasión.
El templo te guarda,
velando en la noche,
el alma susurra palabras
de agradecimiento y perdón.
Líbrame Señor de todo mal,
de caer en la batalla
y en la desesperación.
Dame fuerzas y equilibrio
para no errar.
Recibe mi alma si caigo
te pido con humildad,
guarda la espada en mi tumba
por toda la eternidad.
Myriam Caterina
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