sábado, 19 de diciembre de 2015

UN SORBO DE TÉ

Tengo una casita en el bosque,
es mi refugio,
el caparazón donde guardo mis sueños,
donde las tardes melancólicas del otoño
escucho a los sauces llorar.
Enciendo la chimenea
y me embeleso con el fuego,
esa danza de acordes acompasados,
que también me habla.
Sujeto la pluma entre mis dedos
y levanto la vista hacia arriba,
como si la inspiración
fuese a bajar del cielo,
y curiosamente, suele bajar,
de sopetón, a raudales,
y recorre un camino
desde mi cabeza hasta la pluma,
que inquieta se desliza
suavemente sobre el papel,
al ritmo de la música de Chopín.
Un sorbo de té
del lejano Marruecos,
hierbabuena, canela, suspiros…
y otro sorbo de intuición,
que me impulsa a mover
de nuevo la mano
arrugando fuertemente el papel,
donde permanece por instantes,
minutos, quizás horas…
Hasta caer al fuego
que crepita alborotado
agradeciendo su presa,
y una lágrima solidaria
que resbala sin querer,
no es capaz de detener
su voraz apetito.
Vuelvo a mirar al cielo,
con la certeza de que las cenizas
de aquellos versos prohibidos,
quedarán escritos,
para siempre en las estrellas.


Myriam Caterina

jueves, 10 de diciembre de 2015

¿QUÉ VIDA ES ESTA?

Cuando la vida ya no es vida 
entonces ¿Qué es?
Cuando el corazón late acompasado,
pero no somos capaces
de hacer nada, ni comer,
ni pensar, ni hablar,
esto...¿Es vida? ¿Qué vida es?
¿Dónde está la vida?
¿A dónde se marchó 
sin enterarnos...?
¿Dónde está mi madre?
¿A dónde te la has llevado?
Que se muere, cada día, 
entre mis manos.


Myriam Cobos


martes, 8 de diciembre de 2015

BALADA DEL ÁRBOL

Los árboles duermen en un amarillo sueño,
con la paz latiendo en su alma de caramelo.
Hasta los pájaros se marcharon hace días
para dejarle descansar su sueño,
oculto entre las nieblas del invierno.

Se desnudan de verdes ropajes
que cubren de tonos ocres la tierra,
se recogen en meditación profunda,
para renovar la sabia que les alimenta.

Vuelven al origen, a la semilla que les dio la vida,
Inhalando tan solo su esencia.
Se cubren de un manto de misterio,
aparecen en las sombras con terrorífico atuendo.

Qué sabio es el árbol que aparentemente muere
mientras ruge la tormenta,
y al cabo del tiempo decide renacer
más fuerte, más alto, más hermoso,
en cada nueva primavera.


Myriam Cobos