domingo, 31 de enero de 2021

FILOMENA

Y pasó Filomena por Madrid

y arrasó con los árboles 

que ya estaban enfermos

pidiendo tierra para morir. 

Les podó, cruel, 
las ramas que los jardineros 
olvidaron,
en su diario quehacer.

Intransitables, vacíos,
los parques desolados ,
los sauces
más  que nunca han llorado.

Se nos fueron 
los testigos de la vida,
de los juegos infantiles,
de los primeros besos de amor.

Un recuerdo para ellos,
impertérritos testigos de los años,
un adiós agradecido y
una pena en mi corazón,
que llora al ver sus daños.


Myriam Caterina 
Fotografía propiedad de Myriam Cobos



domingo, 24 de enero de 2021

A MIS PADRES CON AMOR

Tuve metido el llanto de mi madre

en mis oídos mucho tiempo,
abría un grifo y la escuchaba,
retumbaba su grito desesperado
en mi cabeza:
¡Amor mío, no te vayas!
Mis padres se amaban,
se amaban tanto,
que cuando la muerte los separó,
mi madre no tuvo consuelo.
En diferentes tiempos,
vi entrar sus ataúdes
en el mismo nicho,
hice inscribir sus nombres
en la misma lápida.
Se amaban hasta la muerte,
se amaron siempre
y sé con firmeza,
que se amarán eternamente.
Myriam Caterina
(A mis padres con amor)



SUPERACIÓN

Donde la torre pierde su pico

y se encarama la lluvia de estrellas, 

allá a donde no alcanza la vista 

y la mano se pone de visera.

En lo más alto,

entre la tierra y el cielo, 

ese es el lugar

a donde pongo la meta. 

Donde se cruzan

las estelas de los aviónes en el cielo, 

donde se intercalan 

los pajaros en su vuelo, 

allá lanzo mi mirada

 y la petición de mis deseos. 

En lo alto del monte, 

 en la sierra y en su peña, 

 subo allá a donde haya riesgo,

 porque no hay mayor certeza, 

que probarse a uno mismo 

si es capaz de llegar lejos. 

Myriam Caterina

Fotografía propiedad de Myriam Cobos



martes, 12 de enero de 2021

LLEVO UNA PLAYA

En mi alma llevo una playa

de arena fina y luz inmensa,

una playa de gaviotas

y de sol caliente.

Llevo una playa conmigo

cargo con ella desde siempre,

de arena blanca

y aguas transparentes.

Vuelvo a esa playa

cada vez que lo deseo

está preparada para mí,

no tiene nombre, ni dueño,

es un trozo de mi infancia,

es parte de mi existir.

La miro y me ve,

la ensueño y ya está aquí.

Agua salada

por mis venas corre,

no puedo vivir sin ti.

Myriam Caterina




 

sábado, 9 de enero de 2021

VARSOVIA

 

He pasado frío, mucho frío...
Te escribo desde las húmedas mazmorras de Varsovia, echándome vaho de mi boca en los nudillos, para que no se entumezcan y pueda terminar de relatarte mi historia, antes de que la parca me lleve.

Fui malo, muy malo, tremendamente malo, y lo peor de todo es que no me arrepiento.

¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Coincidencias del destino?¿Casualidad, fatalidad, castigo?
Ni siquiera lo sé. No me atrevo a juzgar porqué estoy aquí sólo, muriendo de frío.
¡Odio el frío! Intento recordar las cálidas tardes junto a la chimenea en aquella casita de Milán... ¿Te acuerdas?

Eso tampoco me reconforta, me hace llorar...pero mis lágrimas están calientes.


— ¡Alfredo, despierta!
— ¿Han venido ya los Reyes?
— Mira a ver si te han dejado algo.


Siempre temía que me dejasen un trozo de carbón, pero lo que de verdad temía era que no se acordasen de mí, que pasasen de largo.

Corría hacia el comedor para llegar antes que mis hermanos y abrir todos los regalos, creía que eran para quien antes los abría, mi madre me regañaba, yo sonreía por dentro, les había ganado.

Siempre fui rápido, por eso he sido clave en esta operación secreta.
Tiemblo, no puedo seguir.

Después del caldo caliente que me traen cuando el sol entra por el ventanuco, continuaré contándote, no te vayas, por favor, espérame… Escribo desde la amargura y ese no es un buen lugar para escribir. 

 

Ya he tomado el caldo insípido, amargo, pero bien caliente.

Les pido siempre un trozo de pan para acompañarlo y espesarlo un poco, no me entienden, no sé cómo se dice en su maldito idioma. ¡Me desespero! 

Jamás he pedido nada, no soy de pedir, pero quiero terminar de contarte, resistiré solamente por ti. 

Necesito fundir mis lágrimas en el agua salada del mar. Necesito volver a ver tu rostro sonriente y la casa de mi madre. 

Tengo que confesar que nunca me llevé bien con ella, pero en estos momentos daría todo por que me abrazara de nuevo y me sirviera un caldo caliente de sopa de los que antes odiaba. 

Nos pillaron amor, nos atraparon y nos encerraron aquí. Todo estaba bien planeado, teníamos todas las opciones a nuestro favor, pero algo falló, y me debato día y noche pensando qué fue. 

No he vuelto a ver a mis compañeros, nos trajeron de noche y nos separaron. Esta es la mayor tortura, mayor que cualquiera de las que me infringen cada día, el no saber dónde están, si estarán vivos, si habrán hablado…aún estoy aquí, eso significa que no saben nada. 

Tengo que dejarte, escucho las pisadas de mi carcelero, cien kilos de mole que me destroza los huesos cada vez que me saca de la celda. 

¡Ohhh no! Esta vez viene acompañado, me temo lo peor.

Ha comenzado a golpearme la cabeza, lo saben. Sólo veo tu rostro, me sonríes, espérame amor, no te vayas…

 

Myriam Caterina

Fotografía propiedad de Myriam Cobos



 

 

 

 

NIEVE, LLUEVA O SALGA EL SOL

Disfrutar de cada instante, nieve, llueva o salga el sol.

Que más da lo que haga fuera

si tenemos un paraguas, abanico o un brasero.

Si contamos con buen humor

para torear el aguacero, la ventisca o el extremo calor.

La alegría de vivir es:
disfrutar de cada uno de los momentos,
nieve, llueva o salga el sol.
Estamos vivos, y eso,
eso es lo realmente importante.

Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos



MARRAMAMIAU

Tengo un gato marramamiau,

ronronea en mi oreja
cuando me voy a dormir.
Se tumba calentito a mi lado
cierro los ojos de noche
y cuando los abro,
continúa dándome su abrazo.
Es un gato pinturero
como un cuadro de Dalí,
me amasa y acicala
como si fuéramos a salir.
Mi gato Marramamiau,
es una criatura adorable,
juguetea con las sombras,
a todas horas es feliz.
Cuando le observo
me transmite su sentir
¡Qué suerte tiene mi gato,
él si que sabe VIVIR!

Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos



PISADAS EN LA NIEVE

 Pisadas en la nieve,

que nunca más volverás a pisar,

tus pasos hacia delante,
son imagen de la vida,
ver cada día pasar.
Nieve blanca y nieve fría,
hermosa, va cayendo suave,
descontrolada a veces,
en silencioso sigilo.
La nieve no suena,
la nieve se vive
porque la nieve…
hay que sentirla.

Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos




jueves, 7 de enero de 2021

MAÑANA DE REYES

Gélida mañana de Reyes

que despierta

en la sonrisa de un niño.

Padres, abuelos, tíos...
todos recuperan la infancia
que algunos no vivieron.

Niños todos,
por un día,
mañana helada,
tarde de roscón
y algún suspiro.

Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos




MARÍA CALZABA LAS BOTAS

 

María calzaba las botas de la decepción, aquellas que sin pensar se había puesto en invierno y que, en pleno agosto, seguían aplastando sus pies.

María las sentía más pesadas cada día, le costaba andar, hasta el aire le faltaba algunas veces para respirar.

Te fuiste -pensaba- ya nada es lo mismo sin ti.

Volaste lejos, pero aún escribo versos, con la esperanza de que alguno se inserte en tu cuerpo, como el veneno que actúa en silencio, para acabar impregnando el espacio que recorre el vacío de mi soledad.

Myriam Caterina

Fotografía propiedad de Myriam Cobos



sábado, 2 de enero de 2021

ORACIÓN DE LA ESPADA

Fiel compañera de batalla,

forjada con la hoja de la luz,

vengadora de mil ofensas,

protectora del honor.

Sin la espada 

hay un espacio vacío,

bien ceñida al ceñidor,

con el puño plateado 

con la insignia de la cruz.

Guerrero es quien te empuña,

sabio el que te sabe envainar.

humano es quien siente tu dolor

acertado es luchar por tu pasión.

El templo te guarda,

velando en la noche,

el alma susurra palabras

de agradecimiento y perdón.

Líbrame Señor de todo mal,

de caer en la batalla

y en la desesperación.

Dame fuerzas y equilibrio

para no errar. 

Recibe mi alma si caigo

te pido con humildad,

guarda la espada en mi tumba

por toda la eternidad.

Myriam Caterina