TORMENTA

Sopla el viento en la campiña,

sopla con fuerza y estruendo,

y un ave de rapiña,

el cielo está recorriendo.

Mira la niña tras el ventanal,

las nubes negras se aproximan,

se forma un gran vendaval,

 temerosa, arrimada al fuego,

no para de llorar.

A llover ha comenzado ya,

con gran estrépito y temblor,

la niña se acerca al haya,

pidiendo su protección.

Los relámpagos iluminan

hasta el último rincón,

los ruidos no se terminan,

sigue volando el halcón.

Los truenos se silenciaron,

la lluvia cesó,

salió el arco iris,

la niña…calló.

Myriam Cobos

SOLO SOY

Soy...
Un grano de arena en la playa,
una gota de agua en el mar,
un pensamiento fugaz en la noche,
y en el cielo una chispa de luz.

Solo soy...
Una pequeña sombra silente,
una brisa ligera de viento,
una audaz mirada en la noche,
un segundo velóz en el tiempo.

Una diminuta sensación,
un ideal, un minúsculo sentimiento.

Quizás sea también,
un anhelo, una esperanza,
o un bonito recuerdo.

Una brizna de sal,
que llega desde lo lejos.

Para ti...soy solo eso,
mínimo satélite girando,
en tu infinito Universo.

Myriam Cobos

CONFÍA

Aunque en tu vida llueva,
las nubes cubran tu horizonte,
y te asuste la tormenta.
Aunque creas la ilusión perdida,
que pareja no encuentras,
o que tus amigos te olvidan.
No te rindas,
lucha con todas tus fuerzas.
Confía en que pronto
saldrá el arco iris,
un día que amanece,
una chispa que enciende,
la pasión,
del amor que te mereces.
Myriam Cobos

EL MONSTRUO DE LA TRISTEZA

El monstruo de la tristeza
de mi se apodera,
ruge, muerde, me atrapa...

Aflora la sensibilidad intensa,
desgarrada,
se convierte en frío refugio de la calma.

Cristales rotos se clavan,
como finas agujas en mi alma.
Intensos nubarrones  negros
presionan con sus afiladas garras.

Cuando esto ocurre...
Espero la luna llena,
para pedirle llorando,
en la oscura madrugada,
me lleve con ella. 

Myriam Cobos

¡NO NOS CALLARÁN!

¡NO NOS CALLARÁN!...
No sellarán nuestros labios,
ni taparán nuestras bocas.
No podrán apagar nuestros corazones,
borrar nuestros pensamientos,
ni ahogar nuestras razones.

Lucharemos hasta la victoria,
hasta que no tengamos aliento,
aun cuando nos caigamos,
estemos en el suelo,
o nos invada el descontento.

Cuando nos aplasten
y nos quieran poner un cepo,
nuestras fuerzas con coraje
volverán a crecer de nuevo.

No nos callarán, no podrán,
aunque quisieran,
no podrán...no podrán...
Aunque con gran saña
lo intenten...
¡NO PODRÁN HACERLO!

Myriam Cobos

DESPIERTA

Si de día crees desfallecer
y la noche se hace eterna,
si crees que ya no puedes más
y el corazón se te enferma.
Si la luz a tu alrededor se apaga
y las fuerzas te abandonan...
Cierra fuertemente los ojos,
parpadea, respira y piensa:
Quizás sólo sea un mal sueño,
o a lo mejor un invento.
Busca en tu interior,
tu alma siempre está alerta,
y una voz melodiosa
te susurrará con amor...
¡Despierta!.
Myriam Cobos

PEQUEÑA PRINCESA

Princesa entre el barro y las estrellas,
princesita de chanclas y mirada brillante,
 dulces sueños delirantes,
ideas traviesas y corazón valiente.
Princesa del charco y la pobreza,
que en otro tiempo frecuentó castillos,
 en el viento y en las ramas
ahora enreda sus cabellos.
Corretea erguida, alzando la cabeza,
ya no lleva corona, pero aún la desea.
Luce antiguos vestidos, que su madre le presta,
cubre su cabeza con velos, flores y diademas.
Saluda a imaginarios vasallos,
con grandes reverencias,
dispuesta a dar la orden,
pues la batalla comienza.
Princesa a la vez dulce y guerrera,
desenvaina su espada,
sin miedo,
cuando la  injusticia acecha.
Desde su torre vigila atenta,
divisa los pájaros, las nubes, las estrellas,
como halcón soñando con la luna,
viendo su reflejo en ella.
Volando siempre con la imaginación,
hasta remotos lugares,
exóticos, románticos y bellos,
deseando con esperanza e ilusión
algún día...llegar hasta ellos.
Myriam Cobos

NOSTALGIA DEL MAR

Hoy tengo en mi corazón

inmensa nostalgia del mar.

De su olor salado,

fiel orilla que golpeaba

mis pies descalzos.

De la brisa acariciando mi rostro,

del sol...que calienta
y se aleja amable hacia el fondo.

¡Mar! ¡Cuándo podré tenerte!

¡Cuándo mis pupilas se inundarán de tu azul!

¡Enrédame! ¡Amárrame sin piedad!

Con finas cuerdas de algas.

Engúlleme con tu arena

en el color de tu playa.

Atrápame...para siempre,

para que nunca me vaya.

Myriam Cobos

 

CAMINANDO A CIEGAS

Caminaba por la vida
con los ojos vendados, 
dando tumbos, a ciegas...
hasta que me cogiste de la mano,
para guiar mis tristes pasos.

Asida fuertemente,
confíando plenamente en tí,
no me hizo falta nada más, 
que ver a través de tus ojos.

Esos ojos verdes, brillantes, sinceros...
que me traspasaron como el fuego
de un rayo fugaz,
cuando los mios los vieron.

Pasito a pasito...
andando con cautela,
vamos recorriendo el sendero,
con pasos de plomo avanzamos
por un camino tortuoso y austero.

Difícil es no caer entre las piedras,
que siembran nuestra vida,
algunas muy grandes,
la mayoría...pequeñas.

Como el susurro de una canción...
tu voz me guía en esta ceguera,
haciendo que mi soledad 
no sea tan inmensa.

Mis pasos, delicados, silenciosos,
caen pesados sobre la tierra,
buscándote en la noche,
en la oscuridad completa.

Hago una parada en esta senda,
buceando en el trasfondo de tu cuerpo,
sintiendo el calor de tus abrazos,
y la dulzura de tus besos.

Veo con los ojos del alma,
y cuanto más los cierro, 
mejor observo...
porque el amor es ciego 
y con mi corazón...¡Te veo!.

Myriam Cobos