El
flamenco no es un folklore, es algo que va más allá de las palabras, de la
música, del cante y del baile.
El
flamenco es un sentimiento, es un inmenso sentido que tiene solera, que tiene
alma, que tiene un infinito de sentires desgarrados y una tonelada de alegrías
celebradas.
Es
algo que no se puede explicar con palabras, sólo con gestos, con miradas, con
suspiros, con el alma…
El
flamenco es indescriptible, hay que vivirlo, hay que sentirlo, hay que
adentrarse en las profundidades de su historia, para saber lo que arrastra.
El
flamenco habla, pero el flamenco escucha; el flamenco escucha tus dolores,
escucha tus sufrimientos, escucha tus alegrías, escucha tus penas, y te habla, te
habla en un idioma único que entienden todos los seres humanos, que es, el del
corazón.
Myriam Caterina
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