Llegó Abril, ya es Viernes Santo,
todo llega en un suspiro
el tiempo corre tanto...
El invierno, a la primavera
y la procesión del silencio,
luto y llanto, sale
por las calles de mi barrio.
Tradición, mantilla y velas,
detrás de la Dolorosa,
el pueblo entero le reza.
Unos por la devoción,
otros por la tradición
es imposible no emocionarse
con la cadencia del tambor.
Una saeta se lanza valiente
desde lo alto de un balcón,
un quejido de la garganta
que sale del corazón.
En el silencio respetuoso
de la noche madrileña,
retumba una sola orden:
¡Al cielo con Ella!