martes, 23 de septiembre de 2014

LA PRINCESA Y EL TROVADOR

Te doy mi corazón,
sin envolturas, sin condiciones,
para que juegue con el tuyo
al juego de las pasiones.


Rumor de agua y trenza deshecha,
por la colina arriba van los amantes,
enredados en furtivos besos
al resguardo de miradas vigilantes.


En la cueva del destino
dan rienda suelta,
sin reparos,
a sus dulces amoríos.


Princesa de largos cabellos,
has quedado prendada,
del apuesto trovador,
quien puso un poema en
tu almohada
en la noche de Mabón.


Le entregaste el alma entera,
sin ninguna precaución,
sin saber que era poeta
y estaba...
sin darte cuenta,
robándote el corazón.


Myriam Cobos

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