viernes, 17 de febrero de 2017

EL SUSURRO DEL ÁRBOL

Aún sin conocerme,
los árboles dijeron mi nombre
al pasar debajo de sus ramas,
susurrando en mi oído
con el viento, 
una dulce nana…
El almendro suspira,
porque todavía duerme
el invierno en su regazo,
al verlo tan desnudo,
mi alma se apiadó,
le dí un abrazo.


Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos


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