Me estoy muriendo por dentro,
de no tenerte…
No quiero que la desilusión
anide en mi rostro,
ni el cansancio en mi espalda,
porque afea
y echa años en los ojos.
No quiero que la ilusión
abandone mis manos,
no quiero que pegue
tan fuerte en el alma,
la tristeza.
No quiero al cuervo
que me desgarra
el corazón cada noche,
ni los susurros de la mente,
que machacan las sienes,
preguntándome, si me quieres.
Deseo el brillo solar cada mañana,
la sonrisa en la cara,
el brillo en las pupilas,
que te miran descaradas,
la brisa fresca
que acaricia mi cuerpo,
cuando desnuda,
te espero, eternamente, en mi cama.
Myriam Cobos
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