jueves, 20 de julio de 2017

LLANTO DE UNA MALETA

Siempre estuve dispuesta
para irme contigo,
la maleta preparada,
si tú me lo hubieses pedido.
Circunstancias que golpean
como el martillo al clavo,
nos van anclando a la tierra,
hundiéndonos hasta que
no queda nada al descubierto,
hasta que la misma tierra
nos da reposo, y la muerte,
acaba por ahogar nuestros sueños.
Una maleta olvidada,
llora cada noche
en un rincón de mi casa,
vacía, triste, decepcionada…
cuando la miro me recuerda,
que el viaje de la vida
hay que hacerlo sin mochila,
que no me llevaré nada más
que los sueños vividos,
el corazón lleno de sentimientos
y esos besos que nos dimos,
de miel y canela,
que endulzarán para siempre
mi recuerdo.


Myriam Cobos
Fotografía propiedad de Myriam Cobos


3 comentarios:

  1. Y cuántos, tenemos ya las meletas olvidadas, esas que aún esperan que las llevemos a algún sitio y cuando llega nuestro ocaso. Ni siquiera necesitaremos una mochila, como bien dices.
    A veces, nuestra alma ya lleva mucha carga y la maleta sobra.

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  2. Y cuántos, tenemos ya las meletas olvidadas, esas que aún esperan que las llevemos a algún sitio y cuando llega nuestro ocaso. Ni siquiera necesitaremos una mochila, como bien dices.
    A veces, nuestra alma ya lleva mucha carga y la maleta sobra.

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    Respuestas
    1. Así es querida amiga, siempre la maleta preparada, siempre dispuesta a comenzar de nuevo. Un abrazo grande.

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