Un año de invierno,
sólo frío, lluvia y viento,
pareces desnuda,
cristales que lloran
y un sordo lamento.
Calles vacías
que esperan pacientes
parejas de la mano
y besos ardientes.
Escribo, escribo, escribo…
y no dejo de pensar,
en esta tarde oscura,
bañada de mar.
Myriam Cobos
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