Y pasó Filomena por Madrid
y arrasó con los árboles
que ya estaban enfermos
pidiendo tierra para morir.Les podó, cruel,
las ramas que los jardineros
olvidaron,
en su diario quehacer.
Intransitables, vacíos,
los parques desolados ,
los sauces
más que nunca han llorado.
los sauces
más que nunca han llorado.
Se nos fueron
los testigos de la vida,
de los juegos infantiles,
de los primeros besos de amor.
de los juegos infantiles,
de los primeros besos de amor.
Un recuerdo para ellos,
impertérritos testigos de los años,
un adiós agradecido y
una pena en mi corazón,
que llora al ver sus daños.
Myriam Caterina
Fotografía propiedad de Myriam Cobos
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