sábado, 8 de noviembre de 2014

DORMIR ES MORIR UN POCO...


Dormir es morir un poco...
La vejez del día pesa
como una mochila cargada
de enormes piedras,
la espalda encorvada
por el trabajo arduo
de la dura jornada...
Los ojos cansados de mirar
y no poder ver
ya nada...
Las manos tortuosas y doloridas
que no pueden ni ofrecer
una caricia.
Los pies que a caminar se niegan
hinchados del camino,
por los mil pasos que anduvieron.
El cuerpo que necesita un abrazo
de oso que le proteja
y le diga: Un "hasta mañana",
un "hasta luego",
que le caliente con ternura,
que le dé un beso...
y le lleve en su regazo
hasta el mundo de los sueños.
Despertar
un nuevo día,
es renacer de nuevo.


Myriam Cobos

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