sábado, 19 de marzo de 2016

LA BRISA DEL CEREZO

Me gusta llegar
como una brisa suave,
enredarme entre las ramas
oculta por las flores y las hojas,
observar desde lejos
cómo pasa la vida,
ser la brisa del cerezo,
invisible para los ojos,
y para el corazón caricia.
Cuando cae la tarde,
arreciar y sacudir las ramas,
abrir las puertas,
mostrar presencia,
para sanar el alma.
Myriam Cobos

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