sábado, 19 de marzo de 2016

ZAPATILLAS ROJAS

Dedicada a mi madre, que estará feliz eternamente, bailando Ballet con sus zapatillas rojas, en un campo lleno de margaritas y amapolas.

ZAPATILLAS ROJAS 

A esa bailarina que no pudo ser...
y dejó sus pies enredados en el fango,
mientras sus brazos se alzaban
delicados hacia el cielo.
A aquella bailarina de tutús
blancos como la nieve,
que andaba descalza
de puntillas por la casa.
Para aquella bailarina de sueños y quimeras,
de poesías y cuentos chinos,
de figuritas de porcelana y melena al viento...
Aquella bailarina que recogía flores en el campo
y se las colocaba en el pelo...
para ella, una rosa blanca en su tumba,
unas zapatillas rojas...
y en mi corazón, para siempre, su recuerdo.

Myriam Cobos

2 comentarios:

  1. Delicada, preciosa poesía. Casi se la ve girar, vivir la danza.

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  2. Hermoso y con el sentimiento que nos hace recordar a las madres que algunos ya no tenemos físicamente pero que nuestros corazones jamás olvidan , gracias

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