Si me muero mañana...
no me mandes flores,
ni encargues una lápida
de granito veneciano,
ni llores por las esquinas,
pidiendo que te perdone.
Porque hablaba y no me oías,
si me oías, no me escuchabas.
Callaba…
y poco a poco me perdías…
Si me muero mañana...
busca clemencia en la luna.
Mira hacia tus pies cansados
y recuerda como
cuidaba de ellos,
siente mis caricias sobre tu pelo,
y como te hablaba en susurros,
con suave ronroneo.
No puedo con la falsedad del mundo,
¡Yo no nací para esto!
Si me muero mañana...
ya no te causaré problemas,
ni te escribiré mas versos.
Pero si me muero mañana…
te esperaré en el cielo,
porque nadie como yo te ha querido,
aunque nunca...
hayas sabido comprenderlo.
Myriam Cobos
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